miércoles, 28 de enero de 2009

La socia Mandé Norte.


Por: Alfredo Molano Bravo
Tomado de El Especatador.
24 de enero de 2009



Hace un tiempo, no mucho, Chocó era una tierra desconocida habitada por negros, donde llovía a cántaros y donde se explotaba el platino.


Después se fue sabiendo que además del platino, las empresas extranjeras explotaban el oro del San Juan y la caoba del Atrato; que además de negros, había indígenas, y que la lluvia, madre de la selva, no dejaba hacer ganaderías. Chocó es el único departamento que tiene dos mares; el único pedazo de nuestra geografía que limita con Panamá, un pueblo hermano que les tiene miedo a los colombianos y por eso no ve con simpatía la construcción de la autopista que proyecta Uribe a través del llamado Tapón del Darién, territorio paramilitar. Limita también con Antioquia, un departamento que lo ha tratado como su colonia. Los paisas son los dueños del comercio local, del transporte y, por supuesto, los socios de cuanto proyecto de desarrollo entendido a su manera avanza en esa tierra, hoy estudiada centímetro a centímetro desde los satélites y dominada aún por el poder de las Auc.


Uno de los planes más avasalladores, depredadores y arbitrarios que se mueven en Chocó es el llamado Proyecto Minero Mandé Norte, situado entre Carmen del Darién, Chocó, y Murindó, Antioquia. Desde los años 70 grandes compañías, con la venia de Ingeominas, han merodeado la zona catando metales preciosos. Ya seguros de la existencia de grandes depósitos de oro, de cobre y de un mineral poco nombrado, molibdeno, el gobierno de Uribe ha otorgado a la Muriel Mining Co. todas las concesiones posibles e imposibles para que hagan y deshagan sobre un territorio de 160 km2, aproximadamente 16.000 hectáreas. La cosa habría pasado inadvertida si no fuera porque esa superficie coincide con los territorios colectivos de las comunidades negras de Jiguamiandó y con los resguardos indígenas de Urada-Jiguamiandó y Murindó del pueblo embera-catío.


Mediante manejos fraudulentos, la compañía hace pasar como legal una supuesta consulta previa obligatoria en el país de acuerdo con el Convenio 169 de la OIT, aprobado por Ley 21 del 91 y a las sentencias de la Corte Constitucional SU-039 del 97 y SU-510 del 98. El fraude consiste, según los Cabildos y los Consejos Mayores, en que muchos indígenas son invitados a un taller en el cual, subrepticiamente, se les hace firmar un recibido de gastos en refrigerio, transporte y alojamiento y luego aparecen esas firmas en un documento autorizando a la Muriel Mining y Co., domiciliada en Colorado, USA, y con sucursal en Medellín desde cuando Uribe fue gobernador de Antioquia, a desarrollar los trabajos necesarios para la exploración minera. Los indígenas agregan que una consulta previa debe ser antecedida por suficiente información del proyecto, un debate sobre su alcance y una consulta interna libre y legítima, según sus propias normas.


Sobre la base de ese fraude, la Muriel ha entrado “a las buenas o a las malas”, como les ha hecho saber a los indígenas— en su territorio el pasado 30 de diciembre, acompañado de un pelotón del Ejército de las tenebrosas Brigadas Cuarta (Medellín) y decimoséptima (Carepa). Los jaibanas han movilizado su gente, unos 700 indígenas, al cerro Careperro Usa-Kirandarra en lengua nativa, y lugar ceremonial con miras a paralizar la construcción de campamentos y las perforaciones del subsuelo de 300 y 400 metros. La consulta hecha por la Muriel ha sido avalada por el Ministerio del Interior, no así por la Defensoría del Pueblo. Más aun, la empresa no ha presentado un estudio de impacto ambiental de sus acciones ni el Ministerio de Medio Ambiente la ha exigido, alegando que para la explotación no se requiere, como si derribar selva, abrir trochas, hacer excavaciones y perforaciones y construir campamentos, calcula como si no fueran destrozos que merecen regulaciones y reparaciones. ¿Acaso son acciones hechas en el mismo aire por donde llegan las tropas aerotransportadas con los geólogos de la empresa y del Gobierno?


El problema queda planteado. Los embera-catío harán una gran reunión el 23 de febrero para protestar ante el país y la comunidad internacional contra los atropellos cometidos por la socia del gobierno Uribe Compañía Muriel, asociada a la Rio Tinto Mining and Exploration Ltda.; sólo falta que por ahí aparezca Don Mario el fugitivo, socio del Señor del Vino, hermano del Ministro del Interior para que la sangre corra y se acuse a los dirigentes afros, cabildos y jaibanas de ser socios de las guerrillas.

jueves, 22 de enero de 2009

Tres meses de impunidad

Hoy 21 de Enero de 2009 se cumplen tres meses del fallecimiento de JESÚS ANTONIO NENE, campesino vinculado a la Asociación Pro Reconstrucción de la Zona de Reserva Campesina de Corinto y de ELVER IPIA IDITO, integrante de la Asociación Indígena Avelino Ul, del Municipio de Toribío, en hechos ocurridos en el peaje ubicado en el municipio de Villa Rica (Cauca), sobre la Carretera Panamericana, cuando las organizaciones populares que forman parte del Proceso de Unidad Popular del Sur Occidente Colombiano-PUPSOC, adelantaban acciones de protesta en el marco de las movilizaciones del mes de octubre contra el gobierno de Álvaro Uribe Vélez.

Mientras ocupaban la vía principal, fueron violentamente agredidos por parte de la Policía Nacional con su escuadrón antidisturbios ESMAD, no para disuadir a los campesinos e indígenas movilizados de abandonar la vía, sino que recibieron tratamiento de guerra con armas de fuego y elementos explosivos preparados de manera criminal por miembros de la Policía.

Se sabe que los agentes del ESMAD recurrieron al uso de armas no convencionales, como es el de cargar con metralla y pólvora los tubos utilizados para lanzar gases lacrimógenos, los cuales fueron disparados al cuerpo de los marchantes; de esa manera muere ELVER IPIA IDITO.

De acuerdo con el informe forense, su cuerpo presentaba lesiones producidas con esquirlas sólo en el pecho, al lado izquierdo, dando a entender que fue agredido cuando se encontraba indefenso en el suelo, siendo esto un homicidio. Por otra parte, JESÚS ANTONIO NENE presentaba en su cuerpo múltiples lesiones producidas por armas de fuego que le produjeron la muerte, siendo este otro homicidio.

Recuento de la Movilización de octubre

Desde el 14 hasta el 21 de octubre de 2008, diferentes organizaciones vinculadas al Proceso de Unidad Popular del Sur Occidente Colombiano se movilizaron en dos puntos al norte del departamento del Cauca sobre la vía Panamericana.

En la zona El Pital, municipio de Caldono, se ubicaron las organizaciones campesinas y estudiantiles, así como los indígenas organizados en el Movimiento de los sin Tierra Nietos de Quintín Lame. En el peaje de Villa Rica se ubicaron las Asociaciones Campesinas de Miranda, Corinto y Caloto, la Asociación Indígena Avelino Ul, acompañados de la comunidad afrodescendiente de Villa Rica.

Durante siete días, los miembros de estas organizaciones resistieron los continuos ataques de la fuerza pública, que, cumpliendo órdenes presidenciales y del gobierno departamental en cabeza de Guillermo Alberto González, de no diálogo y de impedir a toda costa la ocupación de la Panamericana, utilizaron todo el poder de guerra contra ciudadanos inermes.

Es de aclarar que las imágenes presentadas en los medios de comunicación por la cadena internacional CNN, donde aparece un miembro de la Policía Nacional disparando un arma de fuego, corresponden a hechos presentados en Villa Rica y no en La María-Piendamó, lugar donde se adelantaba la Minga de las organizaciones indígenas vinculadas al CRIC.

Además de la muerte de los dos compañeros, fueron lesionados con armas de fuego, con explosivos preparados por la Policía y con machetes JHON FREDI LIS ULCUE, JAIR YACA PAYA, REINEL CAMPO PEQUI, RAMIRO YONDA, JAMES TROCHEZ, LUIS EINER ILAMO, JULIAN CRUZ RAMOS, DANILO ALARCON, JOSE BERNARNDO PEÑA, JULIO CESAR BAICUE CHILGUESO, JULIAN SANCHEZ (presidente de la Asociación Campesina de Caloto), JHON LEY, GUILLERMO URREA y RUBEN DARIO MESA.

Aclaraciones finales sobre la movilización de octubre

Aclaramos que la movilización de las organizaciones del PUPSOC no corresponden a las acciones de la Minga Indígena; dichas movilizaciones se realizaron demostrando la solidaridad con los indígenas que se concentraban en La María-Piendamó. Por ello es necesario aclarar a la opinión pública que en el marco de las movilizaciones de octubre se produjeron dos acciones, una independiente de la otra. La mayor cuota de sacrificio en la lucha la dieron las organizaciones del Proceso de Unidad Popular en Villa Rica.

Malintencionadamente se ha querido mostrar que los hechos ocurridos en este punto también hicieron parte de la Minga Indígena: esto no es así. Sin desconocer la importancia de la Minga, se debe reconocer al Proceso de Unidad Popular del Sur Occidente por su nivel de organización y lucha.

Tras la muerte de los dos integrantes del PUPSOC en Villa Rica, fue gracias a las denuncias hechas con fortaleza por parte de la Red de Derechos Humanos Francisco Isaías Cifuentes, y de la publicación del video en la CNN, que el presidente Uribe se vio obligado a aceptar públicamente que se cometieron abusos por parte de la fuerza pública.

Sin embargo, hoy los muertos y heridos de Villa Rica han sido maliciosamente escondidos, tanto por los medios de comunicación como por las otras organizaciones que se dicen populares. Hasta el momento no se ha escuchado ni siquiera una voz de solidaridad y apoyo por parte de organizaciones como la CUT o el Polo Democrático Alternativo.

Finalmente, este es un llamado a acompañar a las organizaciones del PUPSOC, que fueron victimas de la violencia estatal, para que no queden impunes y para que una investigación imparcial lleve a castigar a los asesinos.


Vocero Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano - PUPSOC