martes, 23 de septiembre de 2008

Agitación en Bolivia

Colaboración de Alberto Ramos G.

Politólogo egresado de la Universidad Javeriana, profesor de Ciencia Política en la Universidad Libre.


El Presidente Evo Morales quiere sacar adelante su propuesta de reforma constitucional, la que fracasó durante el año 2007 y originó de facto una reacción regional de carácter autonómico. Bolivia presencia una disputa abierta por el manejo más descentralizado de los departamentos opositores de Santa Cruz, Tarija, Beni, Chuquisaca y Pando. Se trata de una rebelión de los mandatarios regionales por el poder autonómico, es decir, más independencia en la administración pública. Esto se traduce en una lucha entre figuras con poder desde el aparato del Estado para lograr el control territorial y financiero de los departamentos que administran.

Ante esto, el presidente Evo Morales ha adoptado tres medidas fuertes para evitar el desbordamiento de la situación:

1) Declaró el Estado de Sitio, para manejar el orden público,

2) expulsó al embajador norteamericano Philip Goldberg por injerencias indebidas,

3) hizo detener al prefecto (gobernador) del departamento de Pando, el sr. Leopoldo Fernández.


Es una pugna por el poder político y administrativo, y de contera por el modelo de sistema político: el capitalismo versus el socialismo. Evo Morales está reformando el aparato del Estado, el cual encontró ensamblado con el capitalismo de mercado y el centralismo burocrático, plagado de tecnócratas dejados por los gobiernos de derecha. Evo Morales está tratando de llevar a Bolivia hacia el socialismo dentro de la corriente latinoamericana de presidentes progresistas: el socialismo del Siglo XXI. Este modelo busca ampliar los canales de participación y la extensión del nacionalismo económico, expropiando los recursos naturales no renovables que están en manos de las transnacionales en beneficio de la hacienda pública nacional.


Ya antes se había intentado implantar el socialismo en Bolivia, con otros métodos y otros procedimientos, por el Che Guevara (vía armada) y por el general Juan José Torres, con reformas populistas jalonadas desde el Gobierno de la UDP (Unión Democrática Popular), pero fue derrocado por el militar Hugo Banzer.

La oposición gubernamental-regional contra el gobierno central está liderada por los prefectos de oriente, criollos y blancos que desdeñan a las comunidades indígenas (la única prefecta de origen quechua es la de Chuquisaca, Savina Cuéllar). En el fondo el enfrentamiento tiene un tinte racial, sin embargo las reclamaciones de los departamentos opositores están planteadas en tres sentidos: 1) el retorno o distribución de gran parte del impuesto petrolero o “redistribución del recaudo de los hidrocarburos”, 2) un estatuto autonómico amplio que le imprima más poder a los departamentos, 3) una reforma a la manera de designar los magistrados del poder judicial (Tribunal Constitucional) y la Corte Nacional Electoral.


Desde el pasado jueves se instalaron en Cochabamba tres mesas temáticas de discusión sobre estos puntos. Mientras tanto, varios pueblos indígenas también reclaman autonomía. Evo Morales acepta reformar el sistema de las autonomías pero dentro de la reforma constitucional que él propone, y con un referendo popular posterior que las apruebe.


Mientras tanto, la OEA trata de mantenerse erguida para actuar en los procesos políticos que alteran la normalidad democrática en América. Frente al caso boliviano, esta Organización está siendo desbordada por la UNASUR. La Unión de Países Suramericanos está tomando fuerza, porque se trata de países del área que buscan la integración económica y la extensión de los mercados para su propio beneficio, mientras que la OEA es una organización supraestatal, donde el sentido de solidaridad después de 60 años aún no ha enraizado, y se le nota anquilosada.

Ambos organismos internacionales delegados por la ONU están actuando como garantes y facilitadores de las conversaciones para evitar que la agitación y las reclamaciones bolivianas terminen en un baño de sangre. La visión de los más de 5000 mineros que desfilaron este viernes en Cochabamba, cuando se iniciaban las reuniones de las tres mesas temáticas, es la de que la insubordinación y la violencia está siendo impulsada por los mismos prefectos que se tomaron las instituciones para beneficio de las élites y las castas a las que pertenecen.

acsur colombia los espera hasta el final

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