miércoles, 29 de octubre de 2008

Columna de opinión

"Coqueteo Ruso-Venezolano".


Por: Alberto Ramos G.(*)

Los enfrentamientos verbales y los rifirrafes televisados no han concluido: Hugo Chávez endureció otra vez su lenguaje a raíz del levantamiento autonomista en varios departamentos del oriente de Bolivia (llamados también de la “media luna”), pues al parecer los prefectos actuaron instigados por el Embajador Goldberg, casi al mismo tiempo expulsó al Embajador norteamericano en Caracas, Patrick Duddy, como ya lo había hecho Evo Morales. La reacción de Washington fue idéntica: expulsar a los diplomáticos de ambos países.


Las actitudes geopolíticas en América del Sur hay que medirlas por la corriente expansiva del Socialismo del Siglo XXI. El Presidente Chávez no solo participa activamente de UNASUR, sino que impulsa la cohesión ideológica de los presidentes afectos a esa corriente, de tal manera que dedicó al final del 2008, especial atención a los gobiernos de Bolivia, Paraguay y Argentina, quienes fueron objeto de conspiraciones por parte de la oposición, alentados desde afuera.


Para fortalecerse, esta iniciativa ha decidido ampliar y afianzar sus relaciones con Moscú, que se ha distanciado de Washington a raíz de la invasión a Georgia, en el contexto de la definición por la influencia sobre los países con reservas petroleras.


Venezuela, en medio del coqueteo político con Rusia adquirió 24 aviones y 53 helicópteros entre agosto y septiembre del 2008; después autorizó prácticas militares y despliegue marino conjunto con fuerzas rusas para contrarrestar y hacer una medición de fuerzas con la reactivación de la Cuarta Flota marina de los EEUU en el Caribe.


Así las cosas, Colombia (después de Georgia), por ser el aliado principal de EEUU en Suramérica, poseedor también de petróleo e inmensas fuentes de agua, y vecino de Venezuela, se podría ver envuelto en un conflicto insospechado donde EEUU y Rusia definirán el pulso de esta centuria, por las áreas de influencia vitales.


El despliegue de pruebas militares con aviación y naves marítimas rusas en el Caribe venezolano (aviones TU-160 y un crucero de propulsión nuclear), permiten elaborar la prognosis de una redefinición estratégica de Moscú, fortaleciéndose con aliados en América Latina para relanzar el pulso con EEUU que se vivió en los años de la guerra fría por las áreas de influencia. Pero más que la vieja confrontación comunismo-capitalismo, ahora se trata de ampliar el escenario del Socialismo del Siglo XXI y asegurar las reservas petroleras hasta que los biocombustibles y las energías alternativas funcionen a cabalidad para llenar las necesidades del mercado, porque siguen siendo una expectativa de energía sustituta. La ayuda Rusa a Chávez y Evo Morales, en primera instancia, son también una respuesta a la “protección”, occidentalización y atracción que EEUU ha venido realizando sobre países de la ex Unión Soviética, acercamiento y flirteo político también de carácter geoestratégico.


(*) Profesor de Ciencia Política, Universidad Libre, Cali.


acsur colombia los espera hasta el final

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